DOLORES MEDIO
Breve reseña de su vida y obra
Dolores Medio Estrada nació en Oviedo en 1911. Estudió primero Bellas Artes y después Magisterio, carrera que empezó a ejercer en Nava, y más tarde se trasladó a Madrid, con ocasión de haberle sido concedido, en 1945, el premio Concha Espina de novela corta por Nina. Su narrativa tiene un marcado carácter testimonial y está salpicada por un intenso aroma melancólico. Después finalizó los estudios de periodismo, pero ya entonces escribía con dedicación profesional.
Siete años después del Concha Espina, obtenía el premio Nadal, con Nosotros los Rivero, un retrato de la burguesía asturiana de los años veinte y treinta, y casi una década después se alza con el premio Sésamo. En los primeros años sesenta, Dolores Medio disfrutó de su mayor éxito y sus novelas fueron traducidas a varios idiomas, - inglés, ruso, alemán e italiano, entre otros- y algunos de sus relatos conocieron versiones televisivas y cinematográficas.
A Nina le sucederían El milagro de la noche de Reyes (1948), Nosotros los Rivero (1952), Compás de espera (1954), Mañana (1954), Funcionario Público (1956), El pez sigue flotando (1956), Diario de una Maestra (1961), Bibiana (1963) o El Señor García (1966).
En 1964, la Fundación Juan March le concedió una beca para escribir la biografía de Isabel II, realizando un estudio humano de la Reina, que fue publicada en 1966. En 1969, la misma Fundación le concedió una pensión extraordinaria para escribir su Guía de Asturias.
Pero acabó regresando a la novela con La otra circunstancia (1972), Farsa de verano (1974), las narraciones de El Bachancho o El fabuloso imperio de Juan Sin Tierra (1977). En los 80 publicó El urogallo (1982) y, bajo el título de Xana, en 1986, una antología de narración asturiana.
Según palabras del escritor Francisco Carantoña: “Dolores Medio no buscaba la brillantez, sino la hondura, convirtiendo el idioma en lazo que une o en luz de penumbra que revela el pequeño mundo donde vive la gente anónima que es protagonista de la historia, pero no está incluida en el censo de los héroes.” Quizá por ello el mayor premio que Oviedo le pudo otorgar fue que el Colegio de la calle de La Luna llevará su nombre.
Breve reseña de su vida y obra
Dolores Medio Estrada nació en Oviedo en 1911. Estudió primero Bellas Artes y después Magisterio, carrera que empezó a ejercer en Nava, y más tarde se trasladó a Madrid, con ocasión de haberle sido concedido, en 1945, el premio Concha Espina de novela corta por Nina. Su narrativa tiene un marcado carácter testimonial y está salpicada por un intenso aroma melancólico. Después finalizó los estudios de periodismo, pero ya entonces escribía con dedicación profesional.
Siete años después del Concha Espina, obtenía el premio Nadal, con Nosotros los Rivero, un retrato de la burguesía asturiana de los años veinte y treinta, y casi una década después se alza con el premio Sésamo. En los primeros años sesenta, Dolores Medio disfrutó de su mayor éxito y sus novelas fueron traducidas a varios idiomas, - inglés, ruso, alemán e italiano, entre otros- y algunos de sus relatos conocieron versiones televisivas y cinematográficas.
A Nina le sucederían El milagro de la noche de Reyes (1948), Nosotros los Rivero (1952), Compás de espera (1954), Mañana (1954), Funcionario Público (1956), El pez sigue flotando (1956), Diario de una Maestra (1961), Bibiana (1963) o El Señor García (1966).
En 1964, la Fundación Juan March le concedió una beca para escribir la biografía de Isabel II, realizando un estudio humano de la Reina, que fue publicada en 1966. En 1969, la misma Fundación le concedió una pensión extraordinaria para escribir su Guía de Asturias.
Pero acabó regresando a la novela con La otra circunstancia (1972), Farsa de verano (1974), las narraciones de El Bachancho o El fabuloso imperio de Juan Sin Tierra (1977). En los 80 publicó El urogallo (1982) y, bajo el título de Xana, en 1986, una antología de narración asturiana.
Según palabras del escritor Francisco Carantoña: “Dolores Medio no buscaba la brillantez, sino la hondura, convirtiendo el idioma en lazo que une o en luz de penumbra que revela el pequeño mundo donde vive la gente anónima que es protagonista de la historia, pero no está incluida en el censo de los héroes.” Quizá por ello el mayor premio que Oviedo le pudo otorgar fue que el Colegio de la calle de La Luna llevará su nombre.
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