viernes, 17 de febrero de 2012

NINO BRAVO y EL MURO DE BERLÍN

La canción "Libre" de Nino Bravo habla del primer alemán que murió intentando atravesar el muro de Berlín.
Peter Fechter,un obrero de la construcción de 18 años,intentó huir unto a un amigo y compañero de trabajo,Helmut Kulbeik.
Tenían pensado esconderse en el taller de un carpintero,cerca del muro,y,tras observar a los guardias de la "frontera" alejándose,saltar por una ventana hacia el llamado "corredor de la muerte",atravesarlo y saltar por el muro cerca del Checkpoint Charlie,a Berlín oeste.
Hasta llegar al muro las cosas salieron bien,pero cuando se encontraban arriba,a punto ya de pasar al otro lado, los soldados les dieron el alto, y a continuación dispararon.
Helmut tuvo suerte,pero Peter resultó alcanzado por varios disparos en la pelvis;cayó hacia atrás y quedó tendido en el suelo,en la "tierra de nadie",durante 50 angustiosos minutos,moribundo,desangrándose, a la vista de todos, y sin que nadie hiciera nada.

Ambos bandos tenían miedo de que los del otro lado les disparasen, como había pasado en otras ocasiones anteriores; aunque ninguna en una circunstancia tan perentoria como esta y a las dos del mediodía, con tantos testigos presentes, incluyendo periodistas en el lado occidental.
Los soldados del lado oriental, zona a la que pertenecía en realidad la "tierra de nadie", tampoco le ayudaron, y no se acercaron hasta pasados 50 minutos, seguramente para que sirviera de ejemplo para cualquier otro que pensase huir.
Aún así, entre 1961 y 1989 murieron más de 260 personas, sólo intentando cruzar el Muro; además de los que murieron al querer cruzar la frontera entre las dos Alemanias, y ya no hablemos de los que estuvieron en la cárcel por intentarlo, o por ayudar a otros).
Cuando por fin se acercaron los soldados de la RDA y se lo llevaron, los ciudadanos de ambos lados gritaron repetidamente "¡asesinos, asesinos!". En el lado occidental, se sucedieron las protestas y las manifestaciones los días siguientes, y los habitantes del Berlín Oeste comprendieron claramente lo difícil que sería para sus familiares y amigos del Berlín Este el intentar escapar. Asimismo, también se dieron cuenta, decepcionados, de que los soldados americanos, en pleno auge de la Guerra Fría , no harían nada para ayudarles en circunstancias similares. Fue un duro golpe para la esperanza de los berlineses.

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